domingo, 18 de diciembre de 2011

¿PARA QUÉ LA CUMBRE CLIMÁTICA DE DURBAN?


A toro pasado, que es la mejor forma de acertar lo que va a suceder, la última cumbre del clima ha resultado una magnífica escenificación de la realidad  política diaria de los gobiernos del planeta. Resumiendo en pocas palabras:
1 - A los líderes, presidentes y  jefes de gobierno, no les importa una mierda eso del planeta. Solo asistieron tres.
2 - Con respecto a los acuerdos, fue necesario prorrogar la conferencia 36 horas más para lograr dar la apariencia de que se conseguían, pues los países más contaminantes, Estados Unidos, China y la India, pasaban  incluso de apariencias y de la conferencia. Apesar de todo se lograron tres acuerdos:
  • ·         Prorrogar el Protocolo de Kioto, único instrumento vinculante para países desarrollados   que expira el 31 de diciembre de 2012.
  • ·         Crear una “Hoja de Ruta”, propuesta por la UE, para la adopción de un nuevo acuerdo global vinculante de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
  • ·         La creación de un Fondo Verde para el Clima de 100.000 millones de euros anuales que permita, a partir de 2020, que los países en desarrollo puedan adaptarse para luchar contra el cambio climático. No obstante, el origen de la financiación está  por resolver.
 Es fácil comprender que todo ello es papel mojado y más hipocresía. Kioto lo cumplen los países subdesarrollado, no tienen industria, y la Hoja de Ruta se equipara a una comisión, y siempre se ha dicho que “si no quieres solucionar las cosas: crea una comisión y la financiación sin resolver quien aportará el dinero, es evidente que no habrá dinero..
 3 - Se han reunido 15 delegado, 12 días de discusión, un coste desconocido, pero millonario (sólo la Convención de la ONU para el Cambio Climático gastó gran parte de su presupuesto anual, 25 millones de dólares, en la cumbre.

Así que no es necesario preguntase para que sirven este tipo de cumbres. Algo parecido a lo que ocurrió en Copenhague en 2009 y en Cancún (México) en 2010. La respuesta está cercana a Durban: los 25 millones de dólares y los otros muchos millones no cuantificado  sirven para que en África sigan presentes las hambrunas periódicas y  Colombia, Guatemala y Pakistán, los países más afectados en el 2010 por desastres relacionados con el clima, tengan menores ayudas pues se las gastaron los delegados  que hacen la pantomima diariamente, cada uno en sus países, hablando de “cambio climático” movilidad sostenible”, “energías alternativas” y todas esas cosas que suenan a moderno, postmoderno y chip. Una pena, ¿Tendrá esto solución?

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