A toro pasado, que es la mejor forma
de acertar lo que va a suceder, la última cumbre del clima ha resultado una
magnífica escenificación de la realidad política diaria de los gobiernos del
planeta. Resumiendo en pocas palabras:
1 - A los líderes, presidentes y jefes de gobierno, no les importa una mierda eso del planeta.
Solo asistieron tres.
2 - Con respecto a los acuerdos, fue
necesario prorrogar la conferencia 36 horas más para lograr dar la apariencia de
que se conseguían, pues los países más contaminantes, Estados Unidos, China y
la India, pasaban incluso de apariencias
y de la conferencia. Apesar de todo se lograron tres acuerdos:
- · Prorrogar el Protocolo de Kioto, único instrumento vinculante para países desarrollados que expira el 31 de diciembre de 2012.
- · Crear una “Hoja de Ruta”, propuesta por la UE, para la adopción de un nuevo acuerdo global vinculante de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
- · La creación de un Fondo Verde para el Clima de 100.000 millones de euros anuales que permita, a partir de 2020, que los países en desarrollo puedan adaptarse para luchar contra el cambio climático. No obstante, el origen de la financiación está por resolver.
Es fácil comprender que todo ello es papel
mojado y más hipocresía. Kioto lo cumplen los países subdesarrollado, no tienen
industria, y la Hoja de Ruta se equipara a una comisión, y siempre se ha dicho
que “si no quieres solucionar las cosas: crea una comisión y la financiación
sin resolver quien aportará el dinero, es evidente que no habrá dinero..
3 - Se han reunido 15 delegado, 12 días de discusión,
un coste desconocido, pero millonario (sólo la Convención de la ONU para el
Cambio Climático gastó gran parte de su presupuesto anual, 25 millones de
dólares, en la cumbre.
Así que no es necesario preguntase
para que sirven este tipo de cumbres. Algo parecido a lo que ocurrió en Copenhague
en 2009 y en Cancún (México) en 2010. La respuesta está cercana a Durban: los 25 millones
de dólares y los otros muchos millones no cuantificado sirven para que en África sigan presentes las
hambrunas periódicas y Colombia,
Guatemala y Pakistán, los países más afectados en el 2010 por desastres
relacionados con el clima, tengan menores ayudas pues se las gastaron los
delegados que hacen la pantomima
diariamente, cada uno en sus países, hablando de “cambio climático” movilidad
sostenible”, “energías alternativas” y todas esas cosas que suenan a moderno,
postmoderno y chip. Una pena, ¿Tendrá esto solución?
No hay comentarios:
Publicar un comentario