domingo, 29 de enero de 2012

Esto es hilar fino


Cualquier madrileño un poquito reflexivo creo que estaría de acuerdo que Esperanza Aguirre “no da puntada sin hilo” o sea que tiene un propósito muy preciso en todas sus actuaciones y manifestaciones públicas.

La reflexión que introduzco en el  Comité Ejecutivo Nacional del PP sobre el pago de las medicinas, grados, masters o tasas judiciales en función de la renta que perciban los ciudadanos no la hizo por casualidad. A mí se me alcanzan al menos estas tres intenciones:
Pone a Mariano Rajoy en un brete pues le hace, conteste o no conteste, posicionarse ante la cuestión envenenada el copago. No quiere oír hablar  de esto antes de las elecciones andaluzas.
Da, ante los ciudadanos, la impresión de equidad al proponer una medida que, a primera vista, parece de justicia.
Se presenta como la lideresa de los presidentes autonómicos en un tema complicado para las autonomías como es la sanidad y, a la vez, hecha la culpa de la terrible situación económica de este servicio al gobierno central, claro no al actual, que no ha tenido tiempo de actuar, sino al anterior. La culpa la tiene Zapatero. Lo que estamos haciendo nos hemos visto obligados por su mala gestión.

Esto se llama una jugada a tres o más bandas que despista al personal. La verdad es que eso delas tasas es una minucia lo que realmente sería eficaz es que los ricos pagaran impuestos con la misma carga impositiva que los ciudadanos de la clase media.

Y lo justo sería, si el sistema impositivo fure progresivo, que pagaran más pues tienen muchos más beneficios.  Por ejemplo Rodrigo Rato, presidente de Bankia, tiene un sueldo anual de 2.500.000€  tendría que pagar a hacienda alrededor de de 1 millón en impuestos. Me gustaría saber lo que paga.

Y la señora Aguirre ¿a cuanto le piensa poner las medicinas al señor Rato? Porque si un mileurista tiene que pagar 1€ por un jarabe, proporcionalmente, para ser justo, el presidente de Bankia  tendría que pagar por el mismo jarabe 200€, que sería una minucia para él Pero claro ni eso es previsible. Los ricos no se molestan en ir a que les hagan una receta.     

Señora Aguirre ¡Qué forma más refinada de engañar! El pueblo de Madrid ni se entera,

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