lunes, 27 de febrero de 2012

Diez ideas para salir de lo absurdo

Muchos de nosotros tenemos la sensación de que estamos viviendo en el absurdo.




Hace años que se desvalija a la colectividad y se arruina la democracia. El escritor alemán,  Ingo Schulze, comparte sus ideas para recuperar el sentido común y afirma claramente que nos encontramos en un momento posdemocrático. Aquí os presento un pequeño resumen. Lo podéis encontrar en:
http://www.presseurop.eu/es/content/article/1451291-diez-ideas-para-salir-de-lo-absurdo
1. Una situación en la que se permite con toda legalidad que la minoría de una minoría perjudique gravemente al interés general en nombre del enriquecimiento personal es posdemocrática. La culpable  la misma colectividad.
2. Todos los días se insiste en que los Gobiernos deben "recuperar la confianza de los mercados". Son los mismos que han usurpado a la colectividad cantidades asombrosas. ¿Y los representantes supremos del pueblo deberían luchar por volver a recuperar su confianza?
3. Nos indignamos, y con razón, ante el concepto de Vladimir Putin de una democracia "dirigida". Pero ¿por qué no se instó a Angela Merkel a que dimitiera cuando hablaba de "democracia conforme a los mercados"?
4. Todo lo que permanecía en manos de la colectividad se consideraba ineficaz y contrario a los intereses del cliente. De este modo de este modo se arrebata a la colectividad de su poder.
5. Otra ideología que ha conocido un éxito rotundo: el crecimiento. "Sin crecimiento, no hay nada".
6. El idioma que utilizan los políticos  totalmente desfasado. No tienen en cuenta al ciudadani, para ellos es un elector y un consumidor El ideal de la sociedad sería un play-boy que consume el máximo de cosas en el mínimo de tiempo y pasa de todo.
7. Las preguntas sencillas, como "¿Para qué sirve esto?", "¿A quién beneficia?" “¿No estamos todos en el mismo barco?” hoy no se consideran convenientes. El que el que las hace  es un apóstol de la lucha de clases. Hoy, escuchamos a menudo el discurso demagógico que afirma que todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que nos hemos dejado llevar por la codicia.

8. Nuestros representantes electos han empujado y siguen empujando sistemáticamente a la colectividad contra la pared al privarla de sus ingresos.
9. ¿No teníamos muchos la impresión de que los alemanes (con el consentimiento estavez de los franceses de hacer con el euro lo que no logramos hacer antiguamente con los tanques? Es una trampa: El problema no está entre los alemanes y los otros europeos si no en las disparidades entre pobres y ricos, y por lo tanto en aquellos que, se encuentran en el origen de esta situación y sacan partido de ella.
10. Estaríamos en democracia si la política, mediante los impuestos, el derecho y los controles, interviniera en la estructura económica existente y obligara a los actores de los mercados a seguir una cierta vía compatible con los intereses de la colectividad. Las preguntas que hay que plantearse son sencillas: ¿Para qué sirve esto? ¿A quién beneficia? ¿Es positivo para la colectividad? Lo que al fin y al cabo acaba planteando la siguiente pregunta: ¿Qué sociedad queremos? Para mí esto sería la democracia.

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