domingo, 22 de abril de 2012

La semana de los elefantes.


 
Es evidente que  no todos los elefantes son iguales pero definitivamente todos son elefantes.  Esta semana ha sido la semana delos elefante en España. El rey se marcha a cazar elefantes a  Botswana  y Mariano Rajoy irrumpe como un elefante en una cacharrería haciendo un desaguisado considerable en  los dos polos más sensibles del estado de bienestar: la educación y la sanidad.
No es fácil decir cual de las dos noticias ha tenido mayor repercusión. Acaso la cacería del rey. Ya es curioso, porque, siendo un poco rudo, ¿Qué mas da un elefante más o menos? Pero un profesor más o menos , es cosa seria y que alguien tenga dificultad par tomar sus medicinas, esta rayando la tragedia, si no es ya una tragedia manifiesta.  

¿Por qué se les ha dado este tratamiento informativo que más o menos los homologa si la importancia para la vida delos ciudadanos es tan diferente?  Sin justificar al rey, que  aunque sea el Jefe del estado a mi me tiene sin cuidado y no sigo sus andanzas ni sus actos, me gustaría vivir en una república madura y digna. Sólo ha hecho lo que los reyes  y los magnates hacen: pasarlo bien y gastar el dinero que ganan sin esfuerzo. No podemos pretender que mandemos hacer al rey negocios con los potentados y que no los ratifique como lo suele hacer esta gente: con una cacería u otro fiestorro.
Y para rematar la comedia, va el rey y pide perdón con siete u ocho palabras en la puerta de su habitación del hospital y los medios de comunicación se vuelven majaras supersorprendidos por este hecho insólito protagonizado por el monarca. Pero si analizamos desapasionadamente las frases del rey, lo único que ha hecho es volver a poner  la relación del pueblo español con su persona en los términos más clásicos y predemocráticos. El es el padre del pueblo español, nosotros somos sus hijos, y como es un  padre moderno, se disculpa apelando al cariño filial. Parece que lo que nos sorprende es que no sea un  padre antiguo y por tanto autoritario  y severo. 

Lo de Mariano Rajoy si que es grave, trágico diría yo. Tenemos una enseñanza con un fracaso escolar de los más grandes de Europa, y en vez de tomar medidas para superar este tremendo problema, amplia el número de alumnos en clase y disminuye profesores. ¿Saben lo que pasa cuando el número de alumnos por profesor es excesivo?  Se lo voy a decir yo, que de esto se un poco: los estudiantes normalitos pasan a tener un rendimiento mínimo, los poco interesados y los que tienen dificultades para el aprendizaje se les puede dar por perdidos, no habrá quien les recupere y los buenos estudiantes bajarán su nivel de conocimientos porque el profesor  no podrá llegar a proporcionar una enseñanza digna, estará ocupado en hacer callar a los problemáticos que, a suvez, no tendrán profesores expresamente dedicados a ellos. Lo de la cacharrería se queda muy corto. Nos han mandado directamente a Botswana para que ejerzamos de bushmen. O sea nos han dejado en taparrabos.

Analicen lo de la sanidad. Verán que a poco que indaguen. Esta medidas solo perjudican  de forma  aguda, muy aguda, a los más débiles de la sociedad. Aunque deberíamos tener las medicinas gratis, o casi gratis como hasta ahora, la medida no será fatal  para los que tienen cierta solvencia económica, y se podrán  pribar de alguno de los cafés que se tomen, ¿pero que pasará con los que ahora no se podían tomar ni un café porque no les llegaba para comer? ¿Qué hará un jubilado con su mínima pensión  o una madre con 500€ y tres hijos?  Dentro de poco tendrán que venir las ONGS  alemanas a abrir dispensarios como ocurre en Botswuana. ¡Esto es solucionar una crisis!  

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