miércoles, 18 de julio de 2012

Cáritas y el Alcalde de Leganés


El Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima)   gestiona  una enorme cantidad de viviendas sociales, como ellos mismos dicen es “el mayor promotor público de viviendas de España, facilitando el acceso a vivienda a los ciudadanos de la Comunidad de Madrid”. 
 Como  podéis  suponer,  con ese número de viviendas gestionadas  y el tipo de familias que las habitan, no infrecuentemente tienen problemas de desahucio con  a algunas de ellas. Esto está dentro de lo que, aunque doloroso y trágico para estas familia, podemos considerar normal.
No es tan dentro de lo normal que el Ivima haga este temido anuncio cuando las familias tienen una deuda consolidada de varios miles de euros. Son todas familias con muy bajos ingresos, bajísimos, y que han llegado a esta situación por práctica imposibilidad de satisfacer el alquiler. Se podrían dar más detales, pero no hay porqué. Lo doloroso, lo sangrante, lo angustioso lo padecen las familias que se encuentran con una situación semejante.

¿Y que hace una mujer separada, con tres hijos en edad escolar,  cuyos ingresos son la renta mínima o el subsidio de los hijos, o sea  como mucho 500€, cuando se encuentra con una deuda de varios miles de euros y una carta amenazándola con dejarla en la calle? Pues acude a la oficina y plantea su situación y el funcionario que la atiende,  la ofrece renegociar la deuda, pero para eso tiene que hacer una entrega significativa de euros, que es lo que no tiene, ni sabe donde encontrarlos. Y aquí ya sí, que el sufrido funcionario no tiene absolutamente ninguna solución,  pero encuentra una salida para  dar a esta mujer o a este hombre una pequeña esperanza:   La recomienda que acuda a Cáritas de su parroquia, a Cruz Roja o a otra ONG. Esa salida la dan también, continuamente, las trabajadoras  sociales de los ayuntamientos cuando estas mismas personas acuden a ellas en busca de ayuda.

Algún día os contaré lo que sucede después,  podéis suponer que no hay ONG que tenga dinero para solucionar tal cúmulo de problemas, aunque os aseguro que se solucionan un montón de ellos.
Pero lo que a mí, como voluntario de Cáritas que soy, me subleva la sangre es el hecho de que las administraciones, autonómica y municipal, se quiten el problema de encima reorientando a estas familias hacia la caridad. No hay ningún plan de emergencia, ni se estudia el problema con deseo de encontrar una solución. Aunque posiblemente me equivoque, los responsables de estas administraciones  tienen, por lo menos aquí en Madrid, una solución perfectamente integrada en su ideología social: “estas son cosas que no tienen otra solución que la caridad”, el que la gente viva de limosna es una situación que los ricos siempre han integrado en sus mentes bien pensantes.

Y entonces va y el alcalde de mi ciudad anuncia que uno de sus sueldos lo dona a Cáritas, ( El alcalde de Leganés dona uno de sus cuatr sueldos ) 13.000€, es una pasta. Y yo como voluntario de esta ONG  me encuentro entre la espada y la pared. Con ese dinero  se puede  ayudar a 13 familias para que, con la aportación de alguna otra ONG renegocie la deuda y alargue su agonía unos meses más.  Y no se si alabar la generosidad de mi alcalde o encabronarme viendo como  elude su responsabilidad como dirigente de este municipio, y esta comunidad, y se sale por la tangente haciendo una jugada de distracción que induce a engaño a mucha gente que piensa: “tenemos un alcalde muy, pero muy generoso. Ningún alcalde ha hecho cosa semejante”. Pero y digo ¿y si gastara  estos trece mil euros en hacer un estudio para encontrar soluciones permanentes al problema que genera el Ivima por dejar que estas situaciones se pudran irremisiblemente? ¿Y si lo hiciera en la Asamblea donde es diputado? ¿No encontraría algunos otros diputados generosos que le apoyarían y serían solidarios  con él? ¿No sería esto más eficaz que ofertar  una pequeña ayuda a 13 familias? ¡Casi seguro que alguno de mis compañeros voluntario de Cáritas, si lee esto, está  pensando que meo fuera de tiesto! Puede ser, poro acaso lo que ocurre es que el tiesto es demasiado pequeño.

Renuncio a analizar la cosa desde una perspectiva cristiana, que es lo que Cáritas profesa. Solo recordar  que Jesús  en lo que solemos llamar “El sermón de la montaña”, que es una recopilación de muchas de sus enseñanzas, recomienda que: “Cuando des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,  para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

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