Que
aceptemos sin rechistar que en España tengamos un millón y medio de personas en una situación de pobreza severa pone de
manifiesto que vivimos en una sociedad muy rara y profundamente defectuosa o sea
una sociedad enferma de gravedad. Este hecho es inconcebible y profundamente injusto: entre un 3% y un 4% de
los españoles son mendigos y otro 16% de
nuestros compatriotas viven, también, bajo el umbral de la pobreza. O sea que aproximadamente,
un 20% de la población española vive bajo el umbral de la pobreza. Y sorprendentemente estamos aguantando.
Umbral
de pobreza es el nivel de ingreso mínimo
necesario para poder tener un adecuado estándar de vida en un país. Cada estado
o región calcula este umbral de diferente manera, ya sea estableciendo una renta mínima o un ingreso tipo o calculado una media nacional de un 60% de los ingresos
de la población excluyendo a los más ricos.
El Banco Mundial usa la medida de ingreso de 2 dólares estadounidenses al día como umbral
de pobreza.
El
valor del umbral de pobreza en España está establecido en 6.278,7 euros. Una persona será clasificada
en el grupo de los pobres si sus ingresos por unidad de consumo son inferiores
a esa cifra. La cantidad no es lineal
sino que se va calculando según el número de unidades de consumo así por ejemplo, en el caso de un hogar con un
adulto el umbral es 6.278,7 euros, en el de un hogar con dos adultos es 9.418,1
euros (o 4.709 euros por persona), en el de un hogar con dos adultos y un menor
de 14 años es 11.301,7 euros (o 3.767,2 euros por persona) y en el de un hogar
con dos adultos y dos menores de 14 años es de 13.185,3 euros (o 3.296,3 euros
por persona), etc.
Siempre se ha pensado que
había una relación clara entre pobreza y
falta de actividad, entre pobreza y
desempleo, Esa es la situación de
muchísimos de los hogares con todos sus miembros en paro, que según la
Encuesta de Población Activa (EPA) recién
publicada subieron en el tercer trimestre en 200, lo que supone ya un 0,01% más
que en el trimestre anterior, hasta situarse en 1.737.900.
Pero es que además ahora
vemos cómo cada vez hay más trabajadores pobres. “Si los empleos son precarios,
inestables y de bajo salario, se puede entrar en situaciones de verdadera
exclusión. El dicho "a más empleo, menos pobreza" no funciona si a la
palabra empleo no le añadimos el calificativo "de calidad". Si no
tenemos empleo de calidad, no actúa como un eliminador de la situación de
pobreza. Es más, mucho tiempo de una situación de precariedad laboral puede llevar
a niveles de exclusión.
¿Cómo salimos de esta? Llevamos muchos años conviviendo con la pobreza sin que se haya reducido durante los años de bonanza económica “por lo que el cuento de "a mayor crecimiento, mayor riqueza", ya no se lo cree nadie. O se actúa para combatir la pobreza o no va a venir ninguna mano invisible a quitarla. Si no se desarrolla ningún tipo de estrategia global contra la pobreza, no vale. No podemos esperar a que haya más crecimiento para que haya menos pobreza. Nos han estado contando un cuento y son necesarias estrategias completas y presupuestadas de lucha contra la pobreza. Y ahora nos vienen con que la crisis no permite meterse en zarandajas de luchar contra la pobreza y sin pensárselo dos veces están imponiendo salarios de miseria que introducen a los trabajadores directamente a la exclusión.
¿Cómo salimos de esta? Llevamos muchos años conviviendo con la pobreza sin que se haya reducido durante los años de bonanza económica “por lo que el cuento de "a mayor crecimiento, mayor riqueza", ya no se lo cree nadie. O se actúa para combatir la pobreza o no va a venir ninguna mano invisible a quitarla. Si no se desarrolla ningún tipo de estrategia global contra la pobreza, no vale. No podemos esperar a que haya más crecimiento para que haya menos pobreza. Nos han estado contando un cuento y son necesarias estrategias completas y presupuestadas de lucha contra la pobreza. Y ahora nos vienen con que la crisis no permite meterse en zarandajas de luchar contra la pobreza y sin pensárselo dos veces están imponiendo salarios de miseria que introducen a los trabajadores directamente a la exclusión.
No saben lo que están haciendo. Cuando el presidente del gobierno dice
muy solemne que “hay que hacer lo que hay que hacer” está siendo un verdadero peligro para la paz de la nación
por la que dice trabaja. No he oído una mentira más burda que cuando repite
cual mantra cansino: “Yo hare lo que sea mejor para los españoles” ¡Que cara!