El
otro día escuche en la radio a Javier Pérez Reverte una frase que me parece original
y acertada. ”Con el malvado se puede negociar con el estúpido no”. Enseguida
encontré una aplicación de actualidad. Los dos casos se llaman Arturo Fernández
y sus declaraciones sobre la huelga general del 14 N.
Primer ejemplo:
Arturo Fernández el actor manifestaba en El gato al agua de Intereconomía su particular visión
de los manifestantes españoles: “No hay que salir a la calle y cuando se sale a
la calle, hazlo con gente guapa. No he visto gente más fea que en las
manifestaciones”, “no los veo por la calle”, así que “deben de tenerlos en
campos de concentración”, y cuando hay manifestaciones les “dicen que salga la
manada y ahí van”. Y siguió entre risas de los demás contertulios del programa,
"si un día", a estados como el nuestro que viven en una gran parte
gracias al turismo "les da por poner en grandes fotos con fotografías de
lo que sale a la calle aquí, no viene ni el tato".
Este
señor me ha insultado y a mis hijas que son mucho más guapas que yo, y a muchos
de mis amigos y vecinas que le damos sopas con honda a él en preparación,
estudios y belleza. Así que creo que debe aceptar, sin ofenderse, que yo diga
para compensarme de alguna manera, y en su forma chulesca de hablar, “tu si que
eres un gi…. coño”.
Segundo ejemplo:
Sin
embargo, Arturo Fernández, el
empresario, que a mi entender es un señor con el que hay que tener cuidado y
que, por las opiniones que manifiesta casi diariamente, es un neoliberal
peligroso para los currantes, hacía estas declaraciones en Onda Cero, Espejo
Público, que entiendo son las de un hombre inteligente y conocedor de lo que
está hablando, aunque yo no las comparta y me parezcan completamente
equivocadas y contradictorias. Dice que:
“La jornada del huelga que no
la comparte, ni respalda pero
que lo entiende porque "la gente tiene motivos para protestar. Creemos que
hay que hacer ajustes pero quizás se nos está apretando más de lo debido".
Las "manifestaciones sí han sido un éxito, pero la huelga no", “pero
yo creo que la huelga no es la fórmula, es cara y entendemos que no es lo que
hay que hacer".
No se pronunció sobre el fondo de las políticas de recortes contestadas en la calle, pero extendió el sufrimiento a los empresarios que "están haciendo muchos sacrificios" porque no les llega el oxígeno de la financiación. Fernandez reconocióque los ciudadanos "las están pasando canutas" que "no se puede tensar demasiado la cuerda" y queen "algún momento "habra que suavizar la situación".
Si el señor Fernández superara los prejuicios de su
ideología, incrementara su empatía y se hubiera dejado guiar la lógica de su discurso, le veríamos manteniendo
la pancarta, junto a sus amigos sindicalistas en la próxima huelga general,
pues parece tener tantas razones como los asalariados, que sí hacemos las
protestas aunque nos cueste nuestro dinero.
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