Un suceso triste ocurrido en Sotopalacios, un pueblo
burgalés famoso por sus morcillas, ha aparecido en los medios de comunicación
en España, un vecino de este pequeño
lugar prendió fuego a la sucursal bancaria después de mandar salir a los
empleados. Esto no es tan triste como lo que sucedió en Granada, donde un hombre se suicido hace
unos días. Pero los dos sucesos están provocados por la misma desesperación. Al
ciudadano de Granada le habían comunicado el desahucio de su vivienda por
impago de una hipoteca y al vecino de Sotopalacios le comunicaban la subasta de una finca de su
propiedad por una deuda de 24.000€.
¡Que te crees tu eso iluso! |
Del hecho de Granada no conozco los detalles, pero al
conocer los detalles de lo que ha
provocado lo de Burgos es imposible no hacer unas sencillas
reflexiones. He aquí los detalles:
- · Se debían 24-000€.
- · Una finca valorada en 90-000€ estaba como aval y ahora la subastan. Tres veces el valor de la deuda.
- · Se ha intentado renegociar esta deuda pero la Caja se ha negado.
- · Varios clientes -entre ellos una aseguradora- adeudan al taller de carpintería más de 30.000€. Este pobre hombre, naturalmente, no tiene ninguna posibilidad de reclamar esta deuda.
- · El señor es un pequeño empresario y tiene 62 años y, por supuesto, es cliente de la caja desde toda la vida. Así que es fácil entender que ha hecho ganar mucho más de 24.000€ a la caja que ahora le pone en una situación desesperada.
Este es un caso más de los millares que están sucediendo en
España que nos muestran una sociedad injustamente estructurada y cuya
organización social básica engendra unas posibilidades de conflicto muy
peligrosas. Y sino ya me dirán Vds:
¿Cómo tiene que estar una persona de desesperada para perder la cabeza y tomar una decisión
de esta categoría?
¿A que cotas de desesperación está un pueblo para que varios
ciudadanos estén comenzando a perder la cabeza e iniciar un camino sin retorno?
¿Que niveles imprevisión y dejación de la responsabilidad tienen los políticos que nos representan para
no haber adecuado una legislación de comienzo del siglo XX aún? ¿Dónde viven?
¿Cómo pueden ser tan torpes de no ver que los ciudadanos estamos
empezando a pensar que no merece la pena pagar impuestos si la legislación que
nos gobierna sólo favorece a los banco, las grandes empresa y a los poderosos?
¿A que niveles de desesperación tendrá que llegar el pueblo
para que los políticos vean amenazas las prebendas que reciben y no se gaña?
Y acaba de suicidarse otra mujer en Bilbao: abrió la puerta
a los ejecutores de la hipoteca y se tiró por la ventana. Nunca mejor llamar
ejecutores a los señores del juzgado.
Y todavía El Correo de Burgos se atreve a hacer este
comentario:
“Son despreciables, además, los comentarios en las redes
sociales jaleando ese atentado a la oficina bancaria de Sotopalacios e,
incluso, animando a quemar a los consejeros de las entidades financieras. Esas
actitudes son propias de la ‘kale borroka’ y de inadaptados al sistema de
convivencia democrática. El resto de la sociedad bienintencionada lamenta este
problema ciudadano derivado de la crisis y exige soluciones a sus
representantes políticos, nunca jalea a quienes se toman la venganza por su
mano”. Lo realmente despreciable es ver como desprecia a los desesperado este tipo de prensa que son
la voz de su amo no la del pueblo.
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