El Obispo de Segovia y los desahucios

¿Sabéis lo que es meterse en camisa de once varas? Por si no lo conocéis,  entre otros usos, la expresión meterse en camisa de once varas se aplica para advertir sobre la inconveniencia de complicarse innecesariamente la vida. Pues eso  complicarse la vida  a lo tonto es lo que ha hecho el Obispo de Segovia al ponerse a opinar sobre la relación entre los desahucios  y los suicidios que se han dado por causa de ellos. Pueden ver la información por ejemplo en el ABC: El obispo de Segovia niega la relación entre suicidios y desahucios . He escogido este periódico por ser un medio que seguro que no le resulta sospechoso a nadie de anticlericalismo, ni incluso al obispo.

Yo me pregunto: ¿Por qué se ha puesto este hombre a comentar  este asunto y  ha hecho un tan extraño, mejor un tan desdichado, comentario? Lo normal es que hubiera comentado algo semejante a lo que dijo su colega de la diócesis  de Ávila. «Yo creo que la situación de los suicidios es muy triste, lamentable y es una consecuencia de esta crisis económica, social y moral profunda y deberíamos hacer todo lo posible por encontrar una solución». O sea  lo obvio.

Pero el de Segovia dijo: «Ha habido estos casos tristes, dolorosos, conmovedores, faltaba más, pero poner un efecto-causa, eso no se puede admitir, por los hechos, porque hay estadísticas de los suicidios que a lo mejor no se publican que muestran que las causas no son los desahucios» y acusó a los periodistas de mentir manipulando la noticia. Unas declaraciones que hubieran sido lógicas en boca de un cargo de segundo orden del PP. Digo de segundo orden,  pues si fuera de primero sería más pillo. O mejor diría más inteligente o prudente. Pero noen boca de un obispo.

A mí lo que más me joroba es la falta de sensibilidad cristiana que muestra el obispo de mi antigua diócesis. ¡Y habrá pronunciado la homilía del día de Navidad sin inmutarse! Algunos obispos se inspiran definitivamente en el ideario conservador de algunos partidos y no en las enseñanzas del pobre Niño de Belén. Han equivocado su vocación.