sábado, 27 de abril de 2013

Pan y Circo --- Paro y Fútbol


Esta semana se ha acabado definitivamente el espejismo de nuestra prosperidad. Me refiero a aquella proclamación solemne de que éramos uno delos países prósperos de la tierra. Casi no nos  dio tiempo a enterarnos de que pertenecíamos al club de los más ricos y nos vimos enfangados en una crisis que nos dejó noqueados. No sabíamos de donde venía, ni mucho menos por qué estaba ocurriendo lo que ocurría. Pero teníamos el fútbol que nos  corroboraba que lo ser ser del club de los mejores tenía su fundamento.  De esto hace ya mucho tiempo, una eternidad. 

Hemos ido diseccionando la crisis y ya sabemos de dónde viene, quien la sostiene, quien nos la está imponiendo, incluso atisbamos con bastante nitidez que es lo que pretenden al hacernos pasar esta situación desastrosa y muy injusta con la  que nos están cargando. Buen eso, si somos gente que no está en babea y hacemos un sencillo ejercicio de reflexión analizando, sin muchas pretensiones, lo que estamos experimentando. Siento tener que reconocer que   tengo la impresión de que estos que hacemos cierto esfuerzo de análisis somos minoría, por ahora.

Pero volvamos al tema. Esta semana, voy a decir, que cualquier esperanza que tuviéramos, como pueblo se pude dar por  liquidada. Hemos rebasado con amplitud los seis millones de parados y hemos sido arrasados  en el fútbol. ¿Cómo un pueblo puede soportar tanta gente  en paro y no estar inmerso en una revuelta social? ¿Cómo se puede soportar que los dos clubes de fútbol emblemáticos de este país sean  barridos y no estar en la calle, con pancartas reivindicando la droga con la que  olvidarnos de la crisis?

Lo que está claro es que los españoles esta semana hemos experimentado la desesperación con mayor intensidad que nunca hasta ahora. Me temo que en el futuro nuestra humillación progrese hasta términos más intenso. Si eso es así, que será, aconsejo a los burócratas de Bruselas que vayan preparando un rescate para el fútbol semejante al que prepararon a la banca. Que no nos falte la droga. Yo sé que no se me puede ocurrir pedir que rescaten a los parados, o sea  que dedique a la reactivación del empleo el mismo dinero que han regalado a los banqueros. Eso iría en contra de los que mandan en Bruselas, los mercados que han ocupado las instituciones comunitarias. Yo lo que desearía es que se mantuviera “la paz social”.


Si no recuerdo mal el método para mantener la paz social de los emperadores romanos tenía dos soportes: Pan y circo. Esto les mantuvo siglos en el poder. Desde la experiencia de esta semana, parece que los mandamases de Bruselas y el imperio alemán han olvidado las lecciones de la historia y están metiendo la pata peligrosamente. Nos han quitado el pan y el fútbol. Se están metiendo en un berenjenal que lleva directamente al desastre y el desastre se llama revolución social. ¿Cuándo estallará?  Porque estalla irremisiblemente.  ¿Quién será el culpable? 




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