Estos días que no se hace más que comentar sobre partidos o
líderes que son o no son antisistema. Trump es un antisistema
y Podemos también lo es. Y algunos dirigentes no muy avispados, como Esperanza
Aguirre o Albert Ribera, al oir decir que ambos son antisistema los homologan. Se comportan con la capacidad
de análisis como un malísimo sumiller que piensa que un gran vino es lo mismo
que una cerveza africana porque de ambos se puede decir que tienen alcohol. Muy
sutiles.
No me parece interesante analizar lo que el señor Tump es,
aunque vaya a ser el presidente de USA. Ya veremos lo que resulta ser o no ser.
Mi pronóstico es que no será un antisistema sino por el contrario un reforzador
muy aplicado del sistema, le hará más defectuoso y dañino para los ciudadanos
americanos, le hayan votado o no.
¿Y de los partidos españoles hay alguno que sea antisistema?
¿Ser antisistema es bueno o es malo?
Primero hay que aclararse de que hablamos cuando nos
referimos “sistema”. El sistema no es la “democracia” ni el “capitalismo”,
amabas cosas son la envoltura, el decorado o la tramoya. El sistema es algo
mucho más difuso y a la vez más tangible que yo siempre denomino “los que
mandan”. Esos señores y señoras que manejan la democracia y que son la
expresión tangible del capitalismo. Si conocieramos a fondo la sociedad de
cualquier país se les podríamos identificar con nombre u apellido. Para los
paludos ciudadanos como yo permanecen identificables. Un ejemplo de que algunos sí les identifican y por lo tanto
podríamos descubrir quien son. Analicemos esta frase: “Piensen ahora en España. Pregúntense cuál ha sido el asunto político
más importante de este año. Algunos dirían que el bloqueo político. Pero
tratemos de concretarlo. Juan Miguel Villar Mir lo dijo bien claro: “lo
importante de verdad es que Podemos no esté en el Gobierno porque desajustaría
la economía”. http://blogs.publico.es/pablo-iglesias/1091/trump-y-el-momento-populista/
La conexión de los partidos políticos con el sistema. La
vamos a ver analizando el comportamiento de cada uno de ellos durante el
bloqueo para formar gobierno:
El PP:
Es un partido integrado perfectamente en el sistema. “Los
que mandan” confían plenamente en él y el
partido se siente identificado con “los que mandan”, orgulloso y confiado de su
papel.
Por eso su líder se
ha mostrado tranquilo e impertérrito. Un único comportamiento desde el comienzo.
Rajoy dijo: “A mí que me lo den hecho”. Sabía que tenía asegurada la
nominación como presidente de gobierno si “los que mandan” le necesitaban. Y
como él es indolente ni se preocupó en disimular con una cierta, aunque fuera
aparente, negociación. Siempre decía que
la pelota estaba en el tejado del PSOE y era verdad. Sabía que este partido no
se podía permitir el liberarse de la “tutela” de “los que mandan” y que ellos tenían un plan A que era el gobierno de PSOE
y Ciudadanos. Él era el plan B, si el primero fallaba y disciplinado dio paso a
Pedro Sanchez.
El PESOE
El PSOE y su líder
han ofrecido la más explícita demostración de su nula libertad para ejecutar
políticas independientes “de los que mandan”. Sus contactos directos con “los
que mandan” les anunciaron que eran los
elegidos para formar gobierno. Pero había que hacerlo con Ciudadanos. Pedro
Sánchez se dispuso generosamente a
sacrificarse por España, pero resulta
que tenían que pactar con los nacionalistas o con Podemos. Ya hemos leído antes lo que pensaban sobre Podemos “los que mandan”
y los nacionalistas se habían vuelto
independentistas.
A ellos solo les quedaba una jugada para disimular de que
son la
voz de su amo, esperar que Podemos se aviniera a permitir un gobierno de
los dos partidos que habían firmado el pacto. Maniobrar o manipular para que Podemos
cayera en la trampa, o por
inexperiencia, o por miedo o mediante una división interna entre sus
dirigentes se abstuviera ¡ por el bien de
España ¡ Hubiera sido la jugada
perfecta, hubiran matado dos pájaros de un tiro. ”Los que mandan” tendrían un gobierno
perfectamente apto para el sistema y
habrían domesticado a Podemos. Pero les salió mal la jugada. Los de podemos les
descubrieron la jugada, porque ellos identificaban el “bien de España” con el
bien de la gente y no de “los que mandan”.
Con la crisis interna que se presentó en el PSOE se puso de
manifiesto el mecanismo por el cual “los que mandan” intervienen en este partido para dirigir la
política que les conviene que se
implemente con su presencia en las instituciones de la nación. Pedro
Sánchez siguió en el primer momento el
guion previsto y pactando con Ciudadanos, chantajeando a Podemos e intentando
manipular a ciertos líderes de este partido. Pero, al no ceder Podemos, hubo
que ir a las segundas elecciones. Los resultados fueron semejantes a los de las primeras. Había que pasar al
plan B.
El PSOE se abstendría y Mariano Rajoy se presentaría a la elección. Felipe González, puso firme al secretario general y le hizo
prometer que se abstendría en el último
momento. Pero Pedro Sánchez, que no está integrado del todo (sólo es un peón de tercera) en el
organigrama de “los que mandan”, se dio
cuenta que se iba a comer el marrón ante los militantes y votantes y no iba a
sacar nada y optó por acudir a las bases. Y llegó el “arrebato”.
Los peones principales de los que mandan, Felipe, Zapatero,
Rubalcaba, Susana y sus barones segundones tuvieron que dar la cara. Cortaron
por lo sano y declararon a Sánchez traidor. En este momento, habría que hacerse
una pregunta, ¿traidor a quién? ¿A los votantes, a los militantes, al partido? ¿O a “los que mandan”.
Y Pedro presentó pelea
y la perdió porque resultó que en
el Comité Federal había más miembros adeptos a los principales peones “delos
que mandan” que leales a sus votante.
Podemos:
Y pasamos a podemos. Los líderes de podemos aún son uno
jóvenes idealistas. Desde la universidad, los grupos políticos y sociales en
los que han participado y sobre todo desde la intensa reflexión colectiva del
15M, tienen una idea bastante clara de toda esa superestructura del poder y
saben que si ellos, el partido, existe
es gracias a que hay en un sector importante de
la sociedad unos niveles de
indignación y cabreo ante toda esta “mierda” de manejos, manipulaciones, etc.
etc. que está incrementando la injusticia y la desigualdad y por consiguiente
el sufrimiento de la gente. Sería de locos que se plegaran a “los que mandan”
pues se quedaría sin su razón de existir. Y dijeron estamos dispuestos a pactar
con el PSOE pero participando en la cuota de poder que nos corresponde por el
número de votos que hemos obtenido y picaron alto, e ingenuamente propusieron
un gobierno de coalición al PSOE.
Esto descolocó a los socialistas a los que solo les quedaba
una salida, reírse de la ocurrencia de
estos chicos inexpertos y riculizarles por su presunción.
En el desarrollo de todo el proceso y viendo “los que
mandan” que la cosa no les pintaba bien iniciaron la ofensiva para que un sector
de Podemos que no tiene tan claro que el
partido ha surgido desde el hartazgo de parte de la sociedad a los manejos de
“los que mandan” y no ha caído en la cuenta que sus bases son los hartos, y
creo que con buena voluntad y deseando
transformar la sociedad deprisa, pensó que si se situaba dentro de la “racionabilidad”
que le pedía los medios de comunicación y otras gente, demostraría que no son antisistema y radicales, como les tachan
y llegaría a un espectro mucho más amplio de la población en las próximas
elecciones, aunque para ello tuvieran que abstenerse ahora para dejar gobernar a Pedro Sánchez, y
casi caen en la trampa. Solo un golpe en la mesa de Pablo Iglesias impidió que
les engañaran.
Ciudadanos
Analizar la relación de Ciudadanos con “los que mandan” es
realmente sencillo. La conducta de su líder y del partido es palmaria. Si
mandan que pacte con el PSOE, se pacta. Si lo que les dicen es que hay que pactar con el PP, miel sobre
hojuelas, nada más sencillo. La coartada que justifica estas magnifica
disposición es que son un partido de centro. No es necesario profundizar más. El
centro no tiene ideología.
Conclusión: Podemos es un partido antisistema. Identifica el
bien de España con el de sus ciudadanos, las mareas, los desahuciados, las nacionalidades,
los parados y los trabajadores, la gente en definitiva. No parece tan malo y mucho
menos peligroso. ¡Puede que yo sea un
iluso¡
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