domingo, 27 de noviembre de 2016

¿Qué está pasando en el Hospital Severo Ochoa?





El lunes pasado tuvo que ir un familiar mío al hospital Severo Ochoa con una urgencia. Bueno lo de urgencia es mentira. Me explico: lleva más de un año entrando y saliendo del hospital regularmente, siempre de urgencia pues su problema es que se forman  cálculos en las vías biliares y está pendiente de una operación que parece ser la única solución,  después  intentar otros tratamientos. Estos cólicos son muy dolorosos y creo que esto convierte al problema en  urgente, de operación, no de estar “urgentemente yendo cada mes y medio al hospital”.

No sé exactamente cuánto tiempo lleva esperando la operación pero son meses.  Hace unas semanas fue a la cita que tenía para iniciar el proceso de la operación y le “recitaron” para diciembre porque debía verle otro especialista. No se habían enterado de que previamente había sufrido otra operación y había que tener esto en cuenta. Pero señor mío se supone que el historial de  los pacientes está disponible para todos los médicos que traten a un enfermo y que lo deben de consulta al gestionar el tratamiento que se vaya a aplicar y programarlo correctamente.

Casi seguro  que los que me estéis leyendo diréis: ¡Pues que novedad! Todos conocemos casos como este, o parecidos. Ese es el verdadero problema: todos tenemos experiencia de casos parecidos.  Pero si cuento éste es porque, como he dicho, mi familiar ingresó  el lunes pasado, o sea hace una semana en urgencias y ha estado metido en el pasillo habilitado como urgencias durante seis días, y la primera noche la pasó en un sillón.

¡Ah! ¿Que también conocéis casos parecidos? Pues esto parece más grave que la peripecia de un pobre paciente. Esto se va pareciendo a los hospitales que vemos en los documentales sobre África. Claro que allí puedes visitar al enfermo sin tener que escamotear la vigilancia del vigilante. Esto es una metáfora. Pro sepuede peligrosamente acercar a la realidad pues algunos de los profesionales que nos atienden tienen sueldos tercermundista, por algo se empieza.

He comentado con varias personas esta triste peripecia y la reacción generalizada es de desinterés. Más o menos he visto que  relativizan el problema y le consideran una contrariedad que  este pobre hombre ha tenido,  mala suerte. Casi nadie he constatado pensara: “cuando las barbas de tu vecino veas pelar echa las tuyas a remojar”.

Y si insistes un poco  y dices: “¿Pero cómo es posible que ocurra esto en Madrid? Deberíamos hacer algo”, enseguida salta alguien que dice: ¿Y qué  vamos a hacer? A quien le toca le toca y ya está.
Si por casualidad se te ocurre decir: Pero esto nos puede pasar a cualquiera, alguien tendrá la culpa de lo que está sucediendo… y algo habrá que hacer.

Encuentras tres diferentes respuestas ante esta cuestión. 1)Los que parecen saber que la responsabilidad es de la Comunidad y su política sanitaria, 2)los que proclaman rápidamente que ellos no se meten en política y 3) los que dicen algo parecido a: peor están en Andalucía.

Y yo alucino. Naturalmente por tres razones:
1) Si sabemos que la culpa de la situación caótica de nuestro hospital tiene la culpa la política sanitaria de la Comunidad de Madrid, ¿Por qué no protestamos pacíficamente por cualquier método a nuestro alcance? Reclamaciones, cartas a la consejería, ir a las mareas blancas o manifestarse con las asociaciones de vecinos cuando protesten por este problema, gestionar bien nuestro voto, etc.etc.

2) Y aquello de dicen: ”yo no me meto en política” me noquea. Pero hombre ¿Dónde está la política en que te traten decentemente  en el hospital o que lo hagan  pesimamente?

3) Lo de Andalucía me suena a tertulia televisiva, si no puedes negar que la situación es pésima y no tienes razones para excusarla, defenderla o respaldarla, no recurras a una situación aún peor, solo por el hecho de que la otra comunidad está regida por otro partido. Nunca me agradó el dicho: “mal de muchos, consuelo de tontos” me gustaría recordarles, más bien,  el dicho de  Confucio: “No vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos nosotros”

¿Pero esto tiene alguna solución o estamos condenado a sufrirlo irremisiblemente?

La cosa no parece fácil pues, ya que estamos hablando de hospitales, la enfermedad es crónica, pero muy crónica.

Los que hemos estado un poco atentos a lo  que ha ido sucediendo en el Severo Ochoa lo conocemos muy bien. El sufrimiento de los médicos, enfermeras y personal de este hospital que han pretendido  trabajar para dar una asistencia de primer orden ha sido enorme. Recordar al Doctor Montes.

Para normalizar la situación es necesario que todos nos pongamos activos. Alguna sugerencia podrían ser estas:

Los primeros que nos tenemos que movilizar somos los enfermos o los posibles pacientes. Individualmente no podemos hacer nada, pero deberíamos organizarnos en asociaciones de pacientes y llenar las administraciones de los hospitales y la Consejería de Sanidad de denuncias y reclamaciones. Las Asociaciones de Vecinos y ciudadanas tienen la tarea pendiente de organizar a los ciudadanos. Y tomarnos en serio que los que elegimos a los que dirigen, muy mal por lo que parece, somos los pacientes de este y los demás hospitales, que no parece que estén mucho mejor, en el 12 de Octubre se han caído los techos, y ya somos tontos en estar manteniendo en sus cargos a los que nos tratan tan indiferente y despreciativamente.

A los médicos y sanitarios poco les podemos pedir, son, en mi opinión, los que están luchando  más seriamente y con muchos sacrificios, por resolver este problema. Mucho más que sus pacientes. Desde el trabajo penoso de cada día, resolviendo los permanentes  problemas que se les presentan, pando por tener que aguantar el enfado y el cansancio de los pacientes y comportándose  como lo que son unos magníficos profesionales, hasta movilizarse en las Marea Blanca y  otras presiones. Al colectivo como tal solo se le puede aplaudir.


Lo que está fallando en este hospital, y en en los otros de Madrid, es la responsable de la gestión de los servicios: La Comunidad de Madrid. Los responsables tienen nombre, la presidenta, consejero de sanidad, directores generales, director del  hospital y los que colaboren con ellos en esta desastrosa gestión. Lo peor es que esto no ocurre porque sean unos incapaces e ineptos gestores, esto ocurre porque desde hace muchos años tienen un plan para cargarse la calidad de la sanidad pública. Y son persistente y todos aquellos que permitimos que sigan gobernando somos cómplices de ello.

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