jueves, 23 de mayo de 2013

Rouco y la crisis




He  encontrado en Eclesalia una carta dirigida al Arzobispo de Madrid que pienso publicar mañana aprovechando que esta revista expresamente permite hacerlo con la condición de indica  de donde procede. Estoy completamente de acuerdo con el contenido y creo que con la intención del documento.

Me he preocupado de investigar lo que se ha publicado  sobre las declaraciones u orientaciones sobre este tema  del  Arzobispo. Este hombre “de Dios”  no ha dedicado ni veinte minutos a orientar desde la fe  a los cristianos  madrileños y españoles sobre  cómo comportarse como creyentes ante  la terrible situación que estamos padeciendo.  En dos discursos, uno a los obispos de la Conferencia Episcopal y otro de la Asociación Católica de Propagandistas, en ambos, casi de pasada, deja ver su pensamiento sobre este " nimio asunto".

En el primer discurso (Discurso de Rouco a la Conferencia Episcopaldespués de reconocer que la crisis es el factor más preocupante añadió: "No es nuestra misión entrar en el análisis ni en las soluciones  propiamente económicas ni políticas.... Pero sí es nuestro deber de pastores de la Iglesia ayudar al análisis cultural y moral necesario para llegar al fondo de las causas de la situación dificilísima que vivimos. Si no se sigue el camino que hace posible la caridad no será posible la solución de la crisis. Sin la caridad, es decir, sin la generosidad sincera, movida en último término por el amor de Dios y del prójimo, será imposible introducir los cambios necesarios en el estilo de vida y en las costumbres sociales y políticas que han conducido a la crisis y que seguirán amenazantes aún cuando hayan sido solucionados los problemas más graves, Dios quiera pronto"
¡No les he dicho que lo nuestro es la caridad! ¡jod...!

¡Está claro que este hombre tiene una inteligencia privilegiada y hace unos análisis profundos e inspirados en el más intenso sentimiento cristiano! Se sale por la tangente diciendo que su obligación es hacer un "análisis cultural" No se atreve a decir que hace un análisis fuera de la vida por que si hiciera un análisis pegado realidad tendría que aceptar que la economía y la política no se solucionan con la caridad sino con la justicia. La caridad es para él la coartada y además muy apropiado para un clérigo y sobre todo le permite no comprometerse.

Usar vocabulario religioso con apariencia de santidad pero sin comprometerse es un traición al pensamiento y la forma de vida de Jesús. Por eso yo digo que  los que actúa así tienen poco de cristianos, aunque sean obispo. La tenemos cruda si esperamos que nos ayude a vivir según el Evangelio! Por eso no da respuesta a varios colectivos cristianos que le están pidiendo, desde hace años, que ejerza su función profética.  

Según El País, en el  Discurso de Rouco a la Conferencia Episcopal   a la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), que he citado, su planteamiento es aún más profundo y su consejo más adecuado a la doctrina de Jesús. El País informa que El cardenal Antonio María Rouco cerró el (acto) con esta afirmación: “Las crisis nunca se resuelven contra Dios. Si alguien conoce de alguna crisis de la que se haya salido contra Dios, que lo diga”. ¡Realmente genial! No se dará cuenta  el cardenal que cuando uno se pasa de simple se le ve la patita. ¿Qué patita? La patita de estadista, diplomático, rico y gran señor  que utiliza a Dios como pretexto para no comprometerse y como coartada para afianzarse en su posición de poder. Digámoslo sin ambages está utilizando a Dios para sus propios interese, por supuesto, no religiosos sino políticos.

Hace unos meses dejó ver su patita sin ningún pudor cuando de forma fulminante prohibió la difusión de un comunicado de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y la JOC (Juventud Obrera Católica) que su misma Delegación de Pastoral del Trabajo había pedido a los párrocos de Madrid leyeran en la misas del domingo.

El manifiesto, muy equilibrado y nada radical, dice quela dignidad del trabajo ha de ser criterio de la economía” (citan a Benedicto XVI y su «Caritas in veritate»); aseguran que la reforma es “otra agresión al trabajo humano como principio de vida” (una idea del Vaticano II), y que se trata de “otra vuelta de tuerca para flexibilizar el mercado de trabajo”, pero “no podemos seguir flexibilizando sin garantizar la seguridad de una vida digna para el trabajador y su familia”. Sencillamente la HOAC y  la JOC  ponen de manifiesto que un “somero análisis es suficiente para constatar que por muchas vueltas que se le dé, la reforma laboral del PP es netamente incompatible con la Doctrina Social de la Iglesia”.

La orden de Rouco prohibiendo la lectura decía que “su diócesis no se identifica con el contenido del comunicado de estas dos organizaciones cristiana”. Como siempre tan escueto y breve. Para entender su pensamiento pongámoslo en lenguaje directo: La diócesis de Rouco  entiende que la reforma laboral defiéndela dignidad del trabajo  como criterio de la economía, defiende el trabajo humano como principio de vida y es perfectamente compatible con la Doctrina Social de Iglesia.
Con permiso de Cortés

Se podría entender que a Rouco no le gustara la forma como se presenta el comunicado y  “pero negar el núcleo de su contenido no es posible salvo que mediase un ejercicio de ceguera voluntaria. Ejercicio que además alimenta la idea adversa de que el episcopado estará a partir un piñón con el PP gobernante en todo lo que haga falta”

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