domingo, 13 de octubre de 2013

TOTAL, UN MUERTO DE HAMBRE


 Hace meses que no publico ningún post. Puede que haya sidoun descanso o puede que haya sido fruto del artargo de que todo sigue igual, pero como estoy de acuerdo con lo que dijo Manuel Vicent en su columna del domingo pasado en El País: "Un ciudadano debe considerarse amortizado, descatalogado o realmente muerto cuando ya no se sorprende de nada y admite de antemano que las cosas son como son y nada se puede hacer para cambiarlas. Un ciudadano seguirá siendo joven a cualquier edad mientras contemple con la virginidad en los ojos la vida a su alrededor como si fuera un milagro que se renueva a su antojo todos los días".Rebeldía
Voy a publicar esta magnífica reflexión que he recibido de un amigo, espero que no le importe al autor, muy al contrario, gracias.
 

PIETR PISKOZUB, ha muerto de hambre ayer miércoles en Sevilla, en un albergue municipal. Pietr tenía 23 años, era polaco. Había sido dado de alta el día anterior en el Hospital Virgen del Rocío de la ciudad. Y al darle el alta se encontró sólo y sin dinero y enfermo y a punto de morirse (¡qué ojo clínico el de los médicos para dar altas de ahorro presupuestario y definitivo, muerte por medio¡).
 Se murió en el albergue municipal, en un sofá. Se dieron cuenta porque pasaba tiempo y había que irse. Lo taparon con una chaqueta y al depósito, para esperar la identificación si es posible y si no lo enterraran, como se decía antes, por pobre de solemnidad.
Tenemos un alcalde de derechas, exmagistrado, predicador de sus bondades y prometedor de futuros perfectos. Pero se le ha muerto en dependencias municipales un hombre de 23 años, de ¡inanición¡. De hambre. Magnifico, señor alcalde de Sevilla. Una honra.
 Tenemos un gobierno autonómico de izquierdas, una coalición de PSOE e IU. Iban a garantizar desde los tiempos del ido Griñán los derechos sociales y sanitarios. Pero dejaron en la calle desde el Hospital Virgen del Rocío a un hombre de 23 años, enfermo del tó, que se ha muerto al día siguiente de inanición. ¡De hambre! ¿Qué va a decir ahora la presidenta del gobierno andaluz? ¿Qué va a decir el vicepresidente del gobierno andaluz?.
 Tenemos un gobierno de España de derechas de toda la vida. Una ministra de Sanidad que cuenta el relato de los siete cabritos y su mamá que cosió al lobo en un hospital publico para ponerle piedras y ahorar, como en Andalucia, con Pietr. Ministra que se benfició de los trapicheos politicos de familiares pero que considera que la ética le permite ahorrar en salud para que los extranjeros mueran de inanición dados de alta en un hospital público, siguiendo el ejemplo del lobo y sus piedras. Lo que ocurre es que Pietr no era un lobo. 
Tenemos una ciudad católica expositiva de sus devociones. Un arzobispo que se sube en escaleras con sayas medievales a coronar con  oro a imágenes de madera de la Madre de Dios - que parió en un pesebre a un niño desnudo cuyo reino no es de este mundo y maldita la falta que le hacen las coronas de oro a su madre bendita - y un obispo auxiliar. La noticia de ayer era que una hermandad, la de La Lanzada, no dejaba entrar en su templo a otra hermandad, la de Montesino porque cuesta mucho que la imagen de la Virgen se aloje alli. Ejemplar. Y el arzobispo mudo, como Tomás de Aquino. Y su auxiliar inhabilitado y multado por el Audiencia Nacional a causa de sus penosas gestiones en una entidad de crédito. Y Nuestro Señor muerto en la cruz, paseándose por Sevilla para ver si encuentra a Pietr Piskozub para darle aliento y calor. Pero está muerto por que los médicos del Virgen del Rocío, la gerencia del hospital, los trabajadores sociales, los empleados municipales han cumplido con sus obligaciones, y el arzobispo, su auxiliar y las hermanadades con las suyas. Pietr se ha muerto de hambre en Sevilla, con sesenta y seis mil cofrades y las entradas de turistas en la Catedral aumentando un 8% para gozo y prez de los canónigos y de Palacio.
 Seguro que a alguien se le ocurre organizar la celebración de una misa por el muchacho muerto, ya que era polaco y por tanto debía ser católico. Por las calles de Sevilla la voz del profeta bíblico grita: ¡¡¡¡¡Misericordia quiero y no sacrificio¡¡¡¡¡.
 Alberto Revuelta
Alberto J. Revuelta Lucerga
Abogado
Bufete Molino Revuelta

No hay comentarios:

Publicar un comentario