El día 23 de
Febrero El País publicaba esta noticia:
“El portavoz de la Comunidad de
Madrid, Salvador Victoria, del PP, ha lanzado este mediodía a
través de la red social Twitter, un duro
ataque contra la manifestación que esta tarde recorrerá las calles de la
capital, convocada por diferentes organizaciones que defienden los servicios
públicos, la regeneración democrática y protestan por los desahucios”
Es posible que la mejor reacción ante estas majaderías, que a la muy preclara
mente del portavoz se le ha ocurrido, sea el silencio compasivo. Pero no me
parece que este señor necesite compasión, sino un correctivo. Tarea inútil si
esperamos que le corrijan desde su partido. ¡Nadie que no sea perfecto, honesto
y bla..bla.. puede ser miembro de tan admirable formación política! “Nadie
podrá probar que este parlamentario ilustre no es un gran demócrata”.
Lo que me sienta muy mal es que este joven afirme impunemente que yo soy un
enemigo de las libertades, ni mi mujer también pues ambos nos manifestamos
pacíficamente el día 23.
Le quiero explicar lo que hicimos
ese día, el 23 F de Tejero.
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Dos 23 F opuestos |
Yo estaba en Madrid haciendo un curso
de formación y cuando conocimos la noticia, nerviosos y preocupados por
nuestra seguridad, cogimos los coches y salimos pitando hacia la ciudad en la que trabajábamos.
Temíamos que los tanques del Goloso nos cortaran la retirada. Fue una suerte
que no lo hicieran. Tarea en el camino: Preparar la huida hacia Portugal si la cosa se ponía
fea. Algunos éramos conocidos en esa pequeña ciudad como peligrosos
izquierdistas para los amigos de los golpistas, pertenecíamos a un sindicato y a la JOC (Juventud Obrera Católica). Al llegar
a nuestro destino comprobé en la nocturnidad que no nos habían quemado todavía
nuestro local y me recogí en mi casa pendiente de la radio. Eso sí después de
encontrarme en el Instituto donde trabajaba eufóricos a algunos compañeros de
reconocida militancia franquista que después de la intentona militaron en AP
predecesora del PP, donde el consejero milita o al menos de la que come.
Mi mujer tuvo una noche menos agitada se dedicó a quemar el fichero de CCOO. No teníamos miedo de los demócratas
sino de los que después han sido demócratas de toda la vida, eso sí de
derechas.
Pero bueno, ¿Qué vamos a esperar de est señor si confiesa con toda claridad
que “prefiero una democracia imperfecta”? No le va una democracia perfecta, ni siquiera
una normalita, la quiere imperfecta. Y ¿quién le ha preguntado a este hombre
que tipo de democracia prefiere? ¿Por
qué se cura en salud? Una democracia imperfecta le permite rodillo continuo, a
propios y extraños, chanchullos inmunes, tráfico de influencias, muy naturales,
tener un buen sueldo sin sobresaltos e ignorar y despreciar al pueblo vil y si
se pone a tiro alguna comisión. O ¿Qué es una democracia imperfecta? No le
conozco pero listo puede ser pero inteligente no es.
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