viernes, 1 de mayo de 2015

¿Seguiré asistiendo a la manifestación del 1º de mayo?'



Los trabajadores de este país han perdido la mayoría de los derecho que durante treinta años se fueron conquistando.Bueno no solo treinta, pues los últimos años del franquismo fueron años de lucha que fructificaron cuando llegó la democracia. Años de lucha y de sufrimiento. Pero tenían alguna ventaja si los comparamos con la situación actual. Por ejemplo, entonces  los trabajadores sabíamos contra quien luchar y conocíamos lo que queríamos y no teníamos el pesimismo y el miedo metido en el cuerpo y estábamos llenos de esperanza aunque corriéramos como locos delante de los grises o nos supiéramos vigilados de cerca pos la guardia civil.

Hoy primero de mayo he estado en la manifestación en Madrid, bueno en una de las nueve manifestaciones que se han celebrado en esta ciudad. Una manifestación sumamente tranquila. Ni gritos, apenas pancartas, pocos carteles. Una manifestación de los más educada, digámonos lo con la frase adecuada, aquello era una manifestación de obreros satisfechos, o domesticados. No he visto a miles de parados reivindicando indignados un puesto de trabajo, no he visto a miles de empleados con sueldos miserables, de los que hoy se tan pagando, de los que no permiten llegar a final de mes, gritando que no pueden sobrevivir con lo que reciben por su trabajo diario.

Ahora nos han llevado, con maestría, a una situación desesperada. Tendríamos que ponernos a temblar cuando con toda desfachatez o inconsciencia oímos decir  a los informadores que "tenemos que acostumbrarnos a vivir en la precariedad", que "nunca tendremos una situación como la que teníamos hace ocho años", cuando todavía escuchas en conversaciones la coletilla que nos vendieron de que "es que hemos vivido sobre nuestra posibilidades". Hace falta ser lerdo para seguir repitiendo este mantra, tan magníficamente vendido por los que, no solo entonces, sino ahora viven sobre el esfuerzo y el trabajo de los pobres. Pero más lerdos nos tenemos que sentir al escuchas sin cabrearnos que " España esta saliendo de la crisis" y lo tenemos que soporta diariamente de la misa boca del presidente.

Lo tenemos negro pero la gente, así en general, no lo ve suficientemente negro. Hay muchas razones para hacer esta afirmación y multitud de detalles que lo manifiestan, pero uno de los indicadores de esta especie de sopor que nos envuelve es lo que sucede con los sindicatos.


Si los sindicatos mayoritarios no estuvieran narcotizados por las muchas cenas que les han pagado los empresarios o las que se comieron a cuenta de las subvenciones destinadas a formar a los trabajadores y todavía tuvieran un mínimo conciencia trabajadora, entregarían los bártulos  a esta gente más joven que parece que se está agrupando en torno a organizaciones sindicales no tan contaminadas, más vivas y cercanas a los problemas reales de la gente.

 Ala vuelta me he encontrado con la manifestación de la CGT, A.Obrera y Cobas, en la Plaza del Reina Sofría. Eso era otra cosa, al menos había música y gritos, pancartas y reivindicaciones de las situaciones dolorosas que está sufriendo la gente. ser esto un síntoma de que todavía hay esperanza?

Aunque hay que terminar diciendo que los que votamos en los lugares de trabajo somos los trabajadores y seguimos haciéndolo a estos  carcamales de sindicatos  que se manifiestan tranquilamente   y pacíficamente por el centro de Madrid.

HASTA QUE NO ESTEMOS SUFICIENTEMENTE INDIGNADOS NO ENCONTRAREMOS LA SOLUCIÓN. Lo que ocurre es que como comenta frecuentemente un hombre sabio y prudente solo hay una "r" entre "evolución"  y "revolución" y las sociedades que no evolucionan está en peligro de toparse con la "r" fatídica. Los obreros en estos momentos se encuentra rezando devotamente "madrecita, madrecita, que me quede como estoy" y que no me mire el jefe.......





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