Analizando la situación en mi entorno, en mi barrio, tengo la
firme convicción de que la gente está
indignada. Pero poco. Y no es que no tengan razones para estar muy indignados.
Cada mes tenemos 170 familias que pasan por Cáritas a por un pequeño lote de
comida. No están indignados, o, al menos, no lo demuestran. Estoy yo más
enfadado que ellos y por suerte tengo el pan de cada día asegurado, por ahora.
No tengo las estadísticas de los parados entre mis convecinos, pero al ser un barrio de población joven y obrera
puedo suponer que tenemos una situación parecida a la de la población española.
Como predominan los jóvenes no sería
raro que la media de personas paradas estuviera entorno a un 35%. Pues
os aseguro que no se percibe la indignación por ninguna parte. Cuando se ha intentado
realizar algún acto del 15 M hemos acudido 25 personas, Si ha habido algún
desalojo nos henos visto una treintena
de vecinos, casi todos jubilados.
Mientras el ambiente
social sea este, mi barrio no sale de la
crisis. El análisis que hago de este “micropaís” no sé si se puede generalizar a toda la nación. Pero estoy
firmemente convencido que no saldremos de esta crisis mientras la indignación de los ciudadanos no
tenga un nivel suficiente para superar la pasividad a la que nos han llevado
varios años de desmovilización y la falsa impresión de ser una sociedad rica.
Especialmente entre los jóvenes. Si los jóvenes no se cabrean por todo el
marrón en que les hemos metido los adultos, y buscan los culpables de tanta
injusticia, que ellos especialmente
sufren, y les hacen patente su
enfado, esta sociedad no va a tener fuerzas para renovarse, para hacer los
cambios profundos que necesita.
Mis mandalas para crear un ambiente de indignación.
- Identificar con urgencia a aquellos con los que tenemos que estar enfadados porque son los causantes de la crisis. Infórmate, pero hazte tu propio organigrama de los responsables de muestra trágica situación. No te dejes embaucar, de nuevo, por los eslóganes de los que han creado o están contribuyendo a perpetuar la situación. Y sobre todo no permanezcas como si todo esto no fuera contigo.
- Descubrir y analizar las actitudes, las maneras, los talantes que nos han llevado a toparnos con los problemas sin enterarnos de que se aproximaban. La sociedad interiorizó unas maneras de pensar y de comportarse, que nos vendieron como el camino a la prosperidad y han resultado ser el camino a la pobreza. Algunas frases creo que las conocemos: “los mercados se autorregulan”, “la gestión privada es más eficaz”, “tenemos la mejor banca del mundo”, “endeudarse es señal de progreso”, “el crecimiento es imparable y prácticamente infinito” etc. etc.
- “La disposición al desacuerdo, el rechazo o la disconformidad -por irritante que pueda ser cuando se lleva a extremos- constituye la savia de una sociedad abierta. Necesitamos personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión de los mandamases y sus capataces”. Digamos banqueros y políticos o aquellos que tu identifiques como responsables de la crisis.
- Pierde el miedo, quéjate públicamente cada vez que tengas ocasión o cuando escuches frases que lleven a la conformidad. Replica a aquellas personas que repiten como papagallos las consignas de las autoridades que pretenden calmar el descontento de los ciudadanos. Como: “que pueden el gobierno, esto les desborda”, “esto está así porque les dejaron un marrón…dales tiempo” etc. etc.
- Lleva los comentarios sobre la crisis a casos concretos, cuanto más cercano mejor. No te será difícil hacerlo, estamos todos pillados por la desgracia.
- No permitas que hablen mal de los grupos o las personas que están manifestando su indignación con la fuerza de la resistencia pasiva. No son terroristas ni delincuentes, solo responden a la violencia institucional con fuerza pero pacíficamente. No son agentes de desestabilidad, son agentes de cambio y por lo tanto sus posturas permitirán encontrar una situación de justicia, de la que carecemos.
- Únete a las protestas tanto como puedas. No te quedes en casa lamentándote.
- Recrimina con contundencia, eso sí pacíficamente y educadamente, a las personas que hayas identificado como responsables de la crisis. Sean agentes de primera línea o de retaguardia. A los grandesresponsables no les conocemos pero a sus lacayos sí. Por ejemplo: políticos de tu barrio, de tu ciudad, personas que hagan propaganda en favor de los partidos mayoritarios que son agentes activos de este desastre, aquellos que defienden la actuación de la banca, etc, etc.
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