sábado, 2 de noviembre de 2013

La malicia intrínseca del matrimonio gay

Siempre me ha sorprendido la capacidad de algunos eclesiásticos para mear fuera de tiesto y hacerlo con la máxima certeza y constancia. Esto es exactamente  lo que ha hecho  en TVE, una vez más, mi admirado Sr. Martínez Camino, a quien he dedicado algún que otro post. 

La noche del jueves para paliar el insomnio me encontré con el programa de TVE  'El Debate de La 1". Allí estaba, con su gorrito y todo, este señor que repitió lo que ha dicho en otras ocasiones sobre las maldades de que los homosexuales puedan contraer matrimonio. Así lo había visto resumido en "Público" 

El  portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Antonio Martínez Camino, ha indicado que "ojalá existiera una ley de matrimonio homosexual para regular la unión del matrimonio entre personas del mismo sexo, en lugar de lo que hay ahora que es destruir el matrimonio de todos". En declaraciones a la Cadena Ser, ha argumentado que la actual Ley de reforma del código civil en materia de matrimonio "destruye" el matrimonio al suprimir las palabras padre, madre, esposo y esposa por entender que la definición anterior "era una institución machista y patriarcal". -la-ley-del-matrimonio-gay-destruye-el-matrimonio-de-todos

Lo más sorprendente es su argumentación para defender la mencionada destrucción del matrimonia por la susodicha ley para él lo que realmente destruye el matrimonio de toda la vida es la supresión de las palabras "esposo y esposa". Esto es una ofensa a todos los matrimonios entre hombre y mujer de España, es irreparable y todos los que nos encontramos en esa situación hemos sido gravemente ofendidos, se nos trata desde ese momento injustamente y tenemos que estar terriblemente dolidos: se nos niega el derecho de ser designados como esposo y esposa. Hemos pasado, ¡que horror! a ser cónyuges.

Algunos de los periodista optaron por sonreír  de forma disimulada oyendo la profunda argumentación  del obispo y viendo con que vehemencia defendía  sus argumentos. Tuve la impresión de que no daban crédito a lo que oían. 

A mi me puso muy triste pues me recordó las discusiones bizantinas sobre el sexo de los ángeles. Aquellas era fruto de la ignorancia, el aburrimiento y una prepotencia asombrosa. Lo del obispo este, si no es fruto de una mala intención, tiene que ser producto de una cierta  incapacidad adquirida para vivir en este mundo. No se puede estar más en la inopia. Y todo el mundo tratándolo con respeto......       

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