domingo, 10 de noviembre de 2013

¿POR QUÉ LA GENTE NO SE INDIGNA O SE CABREA ANTE LO QUE ESTÁ PASANDO?

El domingo pasado leí una entrevista a Juan Marsé en El País.  Al leerla me ratifiqué en una idea que hace mucho tiempo que se instaló en mi ruda mollera. No es nada original pero a mí me ayuda a entender por qué la gente continúa estando pasiva y no enterándose  que nos la estamos jugando, mejor que nos la están dando por todas partes y que ya nos la han jugado de hecho. Nos han jodido y les continuamos dando las gracias. Dar las gracias es seguir manteniendo la intención de voto mayoritaria a los partidos políticos que directamente nos han jodido y lo que tengo la certeza sucederá cuando la mayoría de españoles les den sus voto, proporcionándoles otra temporada de magníficos sueldos.  
Marsé en su calidad de catalán señala con toda claridad a los partidos que según sus palabras le han jodido: PP, PSOE y Convergencia y Unio. Yo en calidad de castellano señalo al PP, PSOE y en algunos casos Izquierda Unida que son los partidos que han tenido el gobierno en donde yo vivo.
Ésta es la idea que siempre me ronda por la cabeza: A estas alturas  está claro que la crisis la han planeado los poderes financieros y  la han implementado los poderes políticos, ¿Cómo es posible que el pueblo, o sea la gente,  aún confíe en los bancos y piense  seguir votando a los autores de los recortes sociales, las reformas empobrecedoras  y los recortes democráticos?
Las élites  dominantes del tinglado financiero y político han conseguido convertir la sociedad actual en una especie de fumadero de opio gigantesco. Nosotros “el pueblo” estamos adormecidos y perfectamente domesticados. Hacen recortes: “tiene que ser así, no hay dinero”. Nos quitan derecho importantes a la sanidad pública: “Es que el sistema según está planificado no es sostenible”. Dan pasos acelerados a convertir  el derecho a la educación para todos en una educación solo para las élites: “es que algo hay que hacer pues el fracaso escolar es insoportable”. Nos devalúan y bajan las pensiones: “en realidad otros están peor y si no lo hacen no habrá pensiones para nuestros hijos”. Hay tres millones de pobres en España y un 25% de paro: “no puede ser verdad, sino esto estallaría y la sociedad está completamente tranquila”. Y tanto que está tranquila, han logrado sedarnos…..
Algunos tienen la teoría de que nosotros “el pueblo” no es que estemos drogados es que somos tontos. Yo lo que creo es que entre el 32% que tienen intención de votar al PP y el 27% que tienen intención de votar al PSOE, suman un 59%  de españoles y que no pueden ser todos tontos, pero sí que componen una masa domesticada por un extraño mecanismo psicológico.
 La inmensa mayoría de estos ciudadanos están orgullosos de pensar como piensan y  muchos de ellos, los militantes, se consideran mejores ciudadanos que la indefinida masa de simples votantes. Y no entiendo por qué,  pues estos dos partidos son una máquina electoral en la que manda una pequeña élite, ya sea a nivel nacional, autonómico o local. No quiero que se entienda mal, los otros partidos más pequeños tienen la misma dinámica e igual funcionamiento. ¡Quien manda manda!
Cualquier  persona que no esté de acuerdo y no colabore con estas élites dominantes, mejor que se dedique a otros  “hobis” pues no tienen nada que hacer. Puede que tenga el espejismo de que su opinión o su voto cuentan algo, si se restriega los ojos y camba de perspectiva vera el desierto de la realidad. Yo  conozco desde dentro al PSOE e Izquierda Unida, pero  lo que rezuma desde el PP huelen mucho más intensamente a corrupción y autoritarismo. 
El cóctel dopante
Aunque los elementos que componen el cóctel dopante son muy diversos, sofisticados  y difícilmente detectables, me voy a arriesgar a señalar algunos.
El primero elemento es ideológico. Hay básicamente dos ideologías políticas: los que piensan que todo el mundo debe tener las mismas oportunidades en la vida y los que creen que cada persona es diferente a otra y que no sirve intentar igualarlas, cada uno se las debe arreglar como pueda.
El pueblo llano por muy diversas razones o circunstancias se posiciona en uno de los lados y tiende a votar a lo que definimos como izquierda o derecha, da por supuesto que la izquierda está por el bien social y la mutua ayuda y que la derecha está por el los derechos del individuo y  el esfuerzo personal. Si este posicionamiento no tiene ingredientes de reflexión y crítica, tenemos una masa de fieles que no saben lo que votan ni les importa su fidelidad a la ideología les hace sentirse seguros porque piensan: “estamos en buenas manos”. No hacen caso ni a corrupción, ni a chanchullos, ni a incumplimientos de programa, ni manifiestas incompetencias. Yo siempre seré de….. y estoy muy orgulloso. Pues que Dios te perdone.
El segundo elemento es la religión. Yo siempre he sido de izquierdas porque no puedo entender como una persona que cree en Jesús puede ser de derechas. Yo tengo una fe evangélica diríamos  y estoy posicionado con aquellos que creen que todos somos hijos de Dios y debemos  tener las mismas oportunidades en la vida. Justamente lo contrario que una enorme masa de católicos que siguiendo las consignas de obispos y las prédicas de muchísimos sacerdotes votan fielmente a la derecha porque la izquierda es poco menos que la personificación del mismo diablo, quiere la destrucción de la familia defiende los derechos de los gays …… son comunistas. Tienen una fe dogmática y moralista. Pues que Dios nos perdone si no pasamos por el filtro de la verdad y la reflexión  ambas posturas y descubrimos la triste realidad.
Otro elemento dopante son los medios de comunicación y un tanto por ciento importante de creadores de opinión. Todos los medios de gran difusión y la mayoría delas instituciones de las  que dependen los creadores de opinión están en mano de los poderes financieros que planearon y están dirigiendo el desarrollo de la crisis. Han diseñado un serie de eslóganes que repetidos durante años impiden que analicemos la realidad con una mínima objetividad, les han convertido en verdades apodícticas e incontrovertibles preparando  así el camino para que los políticos nos presenten como fatalmente irremediables las medidas que joden a todo el mundo menos a los ricos del mundo.

Un ejemplo: “Hay que rescatar inmediatamente a los banco porque si no habrá un cataclismo y todos estaremos en peligro irreparable”. Cualquiera de nosotros que hubiéramos reflexionado descubriríamos que en la famosa crisis del 29 no se rescataron a los bancos y lo único que pasó es que los ricos se arruinaron, algunos banqueros se tiraron por las ventanas  y el pueblo, como siempre, sufrió un montón, pero la sociedad se repuso a mucho mayor velocidad que está ocurriendo ahora. Los sufrimientos se repartieron de forma equitativa. Los causantes de la crisis, al menos  algunos, pagaron por lo que habían hecho. Ahora los únicos que lo estamos pagando somos el pueblo llano y especialmente los más desfavorecidos, estoy pensando en los 3 000.000 de pobres de España y los parados de larga duración que se han quedado sin esperanza. Los 400.000 millonarios españoles son más millonarios. Otra vez nos engañaron como chinos y seguimos yendo a los bancos, nos tiene irremediablemente pillado.
El último ingrediente dopante que voy a mencionar, estoy seguro que hay algunos más, ha sido la labor de desmovilización ciudadana que  han hecho los partidos y sindicatos, para que no se les escapara el dominio de la sociedad por el camino de la participación de ciudadanos independientes y no vinculados a su partidos u organizaciones. Resultaban muy incómodos y difícilmente sobornables.

Y aquí estamos. 

¿Hay aún alguna esperanza? Claro, que nos cabreemos y no plantemos. 
Sólo si la gente se conciencia y moviliza esto puede cambiar 

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