El domingo pasado leí una entrevista a Juan Marsé en El País. Al leerla me ratifiqué en una idea que hace
mucho tiempo que se instaló en mi ruda mollera. No es nada original pero a mí
me ayuda a entender por qué la gente continúa estando pasiva y no
enterándose que nos la estamos jugando,
mejor que nos la están dando por todas partes y que ya nos la han jugado de
hecho. Nos han jodido y les continuamos dando las gracias. Dar las gracias es
seguir manteniendo la intención de voto mayoritaria a los partidos políticos que
directamente nos han jodido y lo que tengo la certeza sucederá cuando la
mayoría de españoles les den sus voto, proporcionándoles otra temporada de
magníficos sueldos.
Marsé en su calidad de catalán señala con toda claridad a los partidos que
según sus palabras le han jodido: PP, PSOE y Convergencia y Unio. Yo en calidad
de castellano señalo al PP, PSOE y en algunos casos Izquierda Unida que son los
partidos que han tenido el gobierno en donde yo vivo.
Ésta es la idea que siempre me ronda por la cabeza: A estas alturas está claro que la crisis la han planeado los
poderes financieros y la han
implementado los poderes políticos, ¿Cómo es posible que el pueblo, o sea la
gente, aún confíe en los bancos y
piense seguir votando a los autores de
los recortes sociales, las reformas empobrecedoras y los recortes democráticos?
Las élites dominantes del tinglado financiero y político
han conseguido convertir la sociedad actual en una especie de fumadero de opio
gigantesco. Nosotros “el pueblo” estamos adormecidos y perfectamente
domesticados. Hacen recortes: “tiene que ser así, no hay dinero”. Nos quitan
derecho importantes a la sanidad pública: “Es que el sistema según está
planificado no es sostenible”. Dan pasos acelerados a convertir el derecho a la educación para todos en una
educación solo para las élites: “es que algo hay que hacer pues el fracaso
escolar es insoportable”. Nos devalúan y bajan las pensiones: “en realidad
otros están peor y si no lo hacen no habrá pensiones para nuestros hijos”. Hay
tres millones de pobres en España y un 25% de paro: “no puede ser verdad, sino
esto estallaría y la sociedad está completamente tranquila”. Y tanto que está
tranquila, han logrado sedarnos…..
Algunos tienen la teoría de que nosotros
“el pueblo” no es que estemos drogados es que somos tontos. Yo lo que creo es
que entre el 32% que tienen intención de votar al PP y el 27% que tienen
intención de votar al PSOE, suman un 59%
de españoles y que no pueden ser todos tontos, pero sí que componen una
masa domesticada por un extraño mecanismo psicológico.
La
inmensa mayoría de estos ciudadanos están orgullosos de pensar como piensan
y muchos de ellos, los militantes, se
consideran mejores ciudadanos que la indefinida masa de simples votantes. Y no
entiendo por qué, pues estos dos
partidos son una máquina electoral en la que manda una pequeña élite, ya sea a
nivel nacional, autonómico o local. No quiero que se entienda mal, los otros
partidos más pequeños tienen la misma dinámica e igual funcionamiento. ¡Quien
manda manda!
Cualquier
persona que no esté de acuerdo y no colabore con estas élites dominantes,
mejor que se dedique a otros “hobis”
pues no tienen nada que hacer. Puede que tenga el espejismo de que su opinión o
su voto cuentan algo, si se restriega los ojos y camba de perspectiva vera el
desierto de la realidad. Yo conozco
desde dentro al PSOE e Izquierda Unida, pero
lo que rezuma desde el PP huelen mucho más intensamente a corrupción y
autoritarismo.
El cóctel dopante
Aunque los elementos que componen el cóctel dopante son muy diversos, sofisticados
y difícilmente detectables, me voy a arriesgar a señalar algunos.
El primero elemento es ideológico. Hay
básicamente dos ideologías políticas: los que piensan que todo el mundo debe
tener las mismas oportunidades en la vida y los que creen que cada persona es
diferente a otra y que no sirve intentar igualarlas, cada uno se las debe
arreglar como pueda.
El pueblo llano por muy diversas razones o
circunstancias se posiciona en uno de los lados y tiende a votar a lo que
definimos como izquierda o derecha, da por supuesto que la izquierda está por
el bien social y la mutua ayuda y que la derecha está por el los derechos del
individuo y el esfuerzo personal. Si
este posicionamiento no tiene ingredientes de reflexión y crítica, tenemos una
masa de fieles que no saben lo que votan ni les importa su fidelidad a la
ideología les hace sentirse seguros porque piensan: “estamos en buenas manos”.
No hacen caso ni a corrupción, ni a chanchullos, ni a incumplimientos de
programa, ni manifiestas incompetencias. Yo siempre seré de….. y estoy muy
orgulloso. Pues que Dios te perdone.
El segundo elemento es la religión. Yo
siempre he sido de izquierdas porque no puedo entender como una persona que
cree en Jesús puede ser de derechas. Yo tengo una fe evangélica diríamos y estoy posicionado con aquellos que creen que
todos somos hijos de Dios y debemos
tener las mismas oportunidades en la vida. Justamente lo contrario que
una enorme masa de católicos que siguiendo las consignas de obispos y las
prédicas de muchísimos sacerdotes votan fielmente a la derecha porque la
izquierda es poco menos que la personificación del mismo diablo, quiere la
destrucción de la familia defiende los derechos de los gays …… son comunistas.
Tienen una fe dogmática y moralista. Pues que Dios nos perdone si no pasamos
por el filtro de la verdad y la reflexión ambas posturas y descubrimos la triste
realidad.
Otro elemento dopante son los medios de
comunicación y un tanto por ciento importante de creadores de opinión. Todos
los medios de gran difusión y la mayoría delas instituciones de las que dependen los creadores de opinión están
en mano de los poderes financieros que planearon y están dirigiendo el
desarrollo de la crisis. Han diseñado un serie de eslóganes que repetidos
durante años impiden que analicemos la realidad con una mínima objetividad, les
han convertido en verdades apodícticas e incontrovertibles preparando así el camino para que los políticos nos
presenten como fatalmente irremediables las medidas que joden a todo el mundo
menos a los ricos del mundo.
Un ejemplo: “Hay que rescatar
inmediatamente a los banco porque si no habrá un cataclismo y todos estaremos
en peligro irreparable”. Cualquiera de nosotros que hubiéramos reflexionado
descubriríamos que en la famosa crisis del 29 no se rescataron a los bancos y lo
único que pasó es que los ricos se arruinaron, algunos banqueros se tiraron por
las ventanas y el pueblo, como siempre,
sufrió un montón, pero la sociedad se repuso a mucho mayor velocidad que está
ocurriendo ahora. Los sufrimientos se repartieron de forma equitativa. Los
causantes de la crisis, al menos algunos,
pagaron por lo que habían hecho. Ahora los únicos que lo estamos pagando somos
el pueblo llano y especialmente los más desfavorecidos, estoy pensando en los 3
000.000 de pobres de España y los parados de larga duración que se han quedado
sin esperanza. Los 400.000 millonarios españoles son más millonarios. Otra vez
nos engañaron como chinos y seguimos yendo a los bancos, nos tiene
irremediablemente pillado.
El último ingrediente dopante que voy a
mencionar, estoy seguro que hay algunos más, ha sido la labor de
desmovilización ciudadana que han hecho
los partidos y sindicatos, para que no se les escapara el dominio de la
sociedad por el camino de la participación de ciudadanos independientes y no
vinculados a su partidos u organizaciones. Resultaban muy incómodos y difícilmente
sobornables.
Y aquí estamos.
¿Hay aún alguna esperanza?
Claro, que nos cabreemos y no plantemos.
Sólo si la gente se conciencia y moviliza esto puede cambiar
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